sábado, 8 de agosto de 2015

La verdad sobre la educación dominicana

Por: LUIS R. SANTOS
Muchos comentarios negativos y declaraciones oportunistas han provocado unas recientes declaraciones del ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Temístocles Montás, en el sentido de que supuestamente la República Dominicana ocupa el lugar 146 de 148 en baja calidad educativa. A todas luces, ese informe está desactualizado y fue sacado a colación de manera inoportuna e inexplicable por un hombre que debiera sentirse aludido cuando se habla de los problemas de la educación dominicana y de cualesquiera otros.
Pero lo cierto es que estas declaraciones vienen a poner sobre la mesa la discusión en torno a la calidad educativa.
Y es bueno que se discuta sobre esta temática. Y también es bueno que recordemos que durante muchos años la prensa nacional  traía a diario reportajes que daban cuenta de que miles de niños dominicanos recibían docencia debajo de un árbol o unas ranchetas destartaladas. Se les reclamaba a las autoridades la construcción de espacios decentes para impartir docencia a los hijos de los marginados. Se hablaba de la vergüenza que implicaba esta situación.
Al arribar a la Presidencia de la República, el presidente Medina asumió el 4 % para la educación y desde ese instante se inició un amplio programa de construcción de modernos planteles para que los hijos de las familias más vulnerables tuvieran la posibilidad de asistir a clases en condiciones dignas. Este programa de edificación ha implicado poner a disposición del país miles de aulas para el programa de tanda extendida, que al finalizar el segundo mandato del Presidente habrá acogido a la totalidad de los estudiantes del sistema de educación pública.
Pero el 4 % no solo ha servido para construir; ha servido para mejorar las condiciones salariales y laborales de los maestros, una demanda muy vieja. Para que veamos si se ha estado atendiendo al tema de la calidad educativa, en el año 2012 se invirtieron 900 millones en programas para mejorar la formación docente y por tanto la calidad educativa; esta suma saltó a 4000 millones para el año 2015, lo que representa un aumento superior al 300%. Concomitantemente,  en los últimos años se ha venido haciendo énfasis en la descentralización, en la formación de los directores, para lo que se ha creado una escuela, al igual que se han estado ofreciendo múltiples programas de maestrías y posgrados para los docentes.
Tenemos derecho a la crítica; tenemos derecho a tratar  de sacar provecho político a cualquier circunstancia que entendamos favorable; pero lo que no podemos hacer es ocultar la realidad; lo que no podemos hacer es convertir la verdad en mentira. Y la verdad es que la educación dominicana nunca había vivido una etapa de mayor esplendor, una etapa donde el optimismo tiene razón de ser. Alcanzar niveles óptimos de calidad en la educación es un proceso que lleva años, muchos años, y requiere del esfuerzo colectivo: sociedad, gobierno, profesores, padres, intelectuales.
Y en la actualidad, no importa lo que se diga, se están dando los pasos concretos y correctos para situar al país en el lugar al que todos aspiramos en la materia.

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