miércoles, 3 de febrero de 2016

Rousseff intenta calmar a Brasil por brote de zika

Sao Paulo
En un discurso ante el Congreso, la presidenta de Brasil Dilma Rousseff prometió ayer a su nación que no se escatimarían recursos en la lucha contra el zika, un día después de que la Organización Mundial de la Salud declaró que el virus transmitido por mosquitos es una emergencia internacional.

Un aumento en el número de bebés nacidos con defectos cerebrales y cabezas anormalmente pequeñas ha sido vinculado a que sus madres contrajeron el virus durante el embarazo. Varios miles de casos de microcefalia han sido reportados en Brasil desde octubre, aunque los investigadores hasta ahora no han demostrado un vínculo definitivo al virus. No existe vacuna ni cura para el zika.             
"Todos debemos preocuparnos por la microcefalia", dijo Rousseff al hacer un llamado al Congreso para asociarse con ella en la lucha contra el virus.             
Antes de que el zika comenzara a atraer la atención internacional, Brasil ya pasaba apuros para preparar los Juegos Olímpicos de este año, programados para comenzar en agosto en Río de Janeiro.
Proyectos de construcción habían iniciado y se detuvieron, y los cuestionamientos iban en aumento sobre la seguridad de los atletas, luego de que una investigación de The Associated Press encontró niveles alarmantemente altos de bacterias y virus en los cuerpos acuáticos donde se llevarán a cabo las competencias.                  
La preocupación sobre el virus del zika fue el tópico principal el martes durante una conferencia de prensa del Comité Olímpico. En lugar de los avances en la construcción de las sedes o la venta de boletos, los funcionarios de salud intentaron apaciguar los temores de que el virus podría causar estragos.                
"Los atletas no están en riesgo", declaró el doctor Joao Grangeiro, director médico del comité organizador, quien prometió que la cantidad de mosquitos disminuirá en agosto durante el invierno brasileño.
"Tendremos Juegos de verano, para para nosotros es época invernal".                  Daniel Soranz, secretario de salud de Río, dijo a los periodistas que los mosquitos alrededor del Parque Olímpico no son principalmente del tipo que transmite el zika.                   
Aun así, el portavoz del comité organizador de Río 2016, Mario Andrada, divagó cuando le preguntaron cómo los organizadores iban a financiar los esfuerzos de erradicación de los moscos si han recortado gastos en otras áreas.   
"En este caso lo más importante por hacer es obviamente cuidar de aquellos que han sido infectados y prevenir nuevas infecciones, y no preocuparnos de si tenemos presupuesto o no", afirmó Andrada.  
El virus aún puede convertirse en el mayor desafío para los organizadores en medio de una ya larga lista de males. Unos 500 millones de dólares se han recortado para mantener en balance el presupuesto operativo de 2.000 millones de dólares, mientras Brasil batalla con su recesión más profunda desde la década de 1930. La moneda local ha perdido cerca de 30% de su valor frente al dólar, la inflación está por arriba del 10% y los anuncios de despidos son un suceso diario.  
En medio de semejante contexto, Rousseff tiene índices de aprobación de un solo dígito y se enfrenta a un juicio político relacionado al supuesto uso de los fondos de pensiones de su gobierno para reforzar el presupuesto. Ella refuta las acusaciones.               
Independientemente de lo que Rousseff proponga sobre el zika o la economía, el Congreso podría no estar de acuerdo. El Partido de los Trabajadores tiene sólo 59 de los 513 miembros de la cámara baja y tradicionalmente ha aprobado las legislaciones al formar coaliciones con otros bloques más grandes, que podrían encontrar pocos incentivos para trabajar con una presidenta impopular.         
En su discurso del martes, Rousseff prometió desarrollar un programa de atención para los niños nacidos con microcefalia. También prometió recortar el gasto y revisar la amplia gama de programas de subsidio de la nación sudamericana, aunque no entró en detalles.                
Aunque los economistas dicen que tales reformas son desesperadamente necesarias, fueron rechazadas por la base de su Partido de los Trabajadores y recibidas con incredulidad por la nación en medio de una inflación alta y pérdidas de empleos.
Cuando habló sobre un proyecto de impuesto en las transacciones bancarias, uno de los principales planes del gobierno para generar ingresos, muchos en la cámara abuchearon, obligándola momentáneamente a interrumpir su discurso.

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