martes, 23 de febrero de 2016

Los premios a Bosch y Vargas Llosa

BERNARDO VEGA
Existe gran similitud entre dos premios internacionales concedidos por el Estado dominicano a través de jurados independientes de prestigio internacional.
En 1944, con motivo del Centenario de la Independencia Dominicana, nuestro gobierno, a través de su ministro en La Habana, el conocido poeta y pintor Virgilio Díaz Ordóñez, organizó el “Premio Hatuey”, para premiar el mejor trabajo publicado en la prensa o revistas cubanas relativo a la independencia dominicana. El jurado estuvo compuesto por un grupo de reconocidos intelectuales cubanos y 20 escritores participaron.


Para desagradable sorpresa del régimen, el jurado otorgó el premio a un bien conocido enemigo de Trujillo: Juan Bosch, con su obra La mayor aventura americana. El dictador no tuvo más que aceptar a regañadientes la decisión del jurado, y sin ninguna crítica pública. Es más, el Secretario de Estado de la Presidencia escribió el 9 de marzo de 1944 a Díaz Ordóñez, diciéndole: “El Honorable Presidente Trujillo me encarga manifestarle que las consideraciones que le motivaron a recomendar la más libre imparcialidad en el certamen han merecido su alta aprobación”. Bosch entregó el dinero del premio a la causa revolucionaria dominicana.
La actitud asumida por Trujillo difiere de la tomada por el actual gobierno con relación al premio a Mario Vargas Llosa. Si se lee el artículo que el 31 de octubre del 2013, poco después de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el tema haitiano, Vargas Llosa publicó en El País, se notará que su crítica no estuvo dirigida contra la República Dominicana, sobre la cual siempre ha hablado muy bien, tanto así que cuando el gobierno de Leonel Fernández lo condecoró, expresó públicamente que consideraba la nuestra como su tercera patria, ni contra el gobierno de Danilo Medina, sino exclusivamente contra aquellos jueces del Tribunal (hubo votos disidentes) que favorecieron la sentencia y, específicamente solo citó aquella parte de la misma que eliminó retroactivamente la nacionalidad a descendientes de haitianos.
Sin embargo, nuestro Ministro de la Presidencia recientemente se refirió a: “La forma irrespetuosa y ofensiva con que Mario Vargas Llosa ha tratado la nación dominicana”. Pero en realidad este solo criticó a los jueces que apoyaron la sentencia, no al país. Uno que ha dado la razón a Vargas Llosa es nada menos que el propio Presidente Medina cuando, poco después de la sentencia, declaró: “Hay un problema humano que tenemos que resolver”, y pidió “excusas, mas no perdón” a los hijos de haitianos indocumentados. (El Caribe, octubre 9, 2013). Allí agregó que desconocía si la sentencia era retroactiva, calificándola como “un drama y un problema humano que el Estado debe resolver… yo no sé si legalmente se ha cometido alguna injusticia, pero hay un problema humano que tenemos que resolver”. Citó que había dado explicaciones “en el sentido de los órganos que han estado trabajando con ellos (los afectados) no tienen nada que ver con el Poder Ejecutivo, pues tanto la Junta Central Electoral, como el Tribunal Constitucional son órganos independientes”. También dijo que: “La misma Constitución de la República Dominicana establece que ninguna ley tiene efecto retroactivo, salvo aquella que beneficia a las personas”. Es decir que uno de los primeros que le dio la razón a Vargas Llosa, y a muchos otros en sus críticas contra la sentencia, lo fue el propio Presidente Medina.
Razones adicionales dio Medina cuando auspició la Ley 169-14 que amortigua bastante los efectos negativos e indeseables de esa sentencia. Bajo ella la misma persona que apeló al Tribunal y perdió y que fue citada por su nombre en el artículo de Vargas Llosa, hoy en día, gracias a la 169-14, ha logrado la ciudadanía dominicana, al igual que unas 50,000 personas adicionales. Por supuesto, no todo el problema humano se ha resuelto aún.
Sabemos que estamos a 100 días de las elecciones y que el PLD no quiere desestimular el voto de los conservadores y nacionalistas, pero eso no da base para una malinterpretación tan abierta que ha dado a lo que dijo Vargas Llosa. Tampoco debe Palacio arremeter contra él, tal vez por las actuaciones pasadas de su hijo en el país, pues, como funcionario de ACNUR, cumplía instrucciones de ese organismo.

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