martes, 27 de enero de 2015

Planifica y asesina a su familia para casarse con su amante

Columbia, Illinois – La familia Coleman empezó a recibir de manera anónima amenazas de muerte a través de cartas y de correos electrónicos. Por ello, se empezó a vigilar su casa de manera exhaustiva. Pero nadie sospechó quién era el culpable: Christopher Coleman, el padre y esposo de la familia. Planificó el asesinato para poder casarse con su amante sin tener que divorciarse de su mujer.
Nadie podría haberse imaginado lo que le sucedió a la familia Coleman. Se trataba de una familia ejemplar, educada y muy religiosa. Estaba compuesta por Sheri, la madre de 31 años, dos niños, Garett de 11 y Gavin de 9, y Christopher, el padre de 34 años. El matrimonio llevaba 12 años casados y por lo que dicen varios compañeros “parecían felices”, aseguraron a The Mirror.
Pero no todo era perfecto. Christopher tenía una amante, llamada Tara, que conoció en una cafetería en la que ella trabajaba como camarera. Coleman era vigilante de seguridad en un canal de televisión de carácter religioso y, por ello, no podía divorciase de su mujer para estar con Tara, tal como dijo su jefe a los trabajadores: “divorciase se convertiría en un despido de la empresa”.
Por este motivo, Christopher decidió hacer algo horrible: planeó el asesinato de todo su familia para “librarse” de ellos. Todo empezó con amenazas anónimas por correo electrónico, que enviaba Chris desde una cuenta anónima que se había creado, además de cartas y escritos en las paredes. Mensajes como: “el tiempo para tu familia se acaba” o “voy a matarlos a todos mientras duerman”, son un ejemplo de lo que sufrió la familia durante seis meses.
La policía se pusó en alerta y empezó a vigilar la casa de los Coleman, instalando cámaras de seguridad en todas las puertas. Así, la familia estaba “un poco más tranquila”. Pero las amenazas continuaron hasta que llegó lo peor.
Tara, la amante de Chris, le puso límite para dejar a su mujer y casarse con ella. Él le aseguro que “ya estaban listos los papeles de divorcio” y que mañana “sería libre”. Pero no se podía esperar lo que iba a ocurrir. Christopher llamó a su vecino, asegurando que él estaba en el gimnasio y que no podía localizar a su familia. Así, el vecino fue a la casa y se encontró la terrible escena: los dos niños y la madre estaban muertos encima de la cama.
La policía no tardó en averiguar que el responsable de los tres asesinatos fue Chris, gracias a las cámaras de seguridad (nadie había entrado en la casa, sólo él) y por el ADN encontrado en los cuerpos.
Ahora, el Tribunal decretó cadena perpetua para Chris por tres cargos de homocidio. Sin posiblidad de fianza ni acortar la pena.

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