Por Fernando Guzmán--
Mi admiración y respeto al doctor Leonel Fernández van de la mano con
el reconocimiento a la insuperable labor administrativa que nos brindó
durante doce años. Eso no está en juego en nuestro comentario.
Nuestro punto de vista se concentra en el hecho de que el Presidente
del PLD no necesita demostrar nada más al frente de la cosa pública; su
dimensión trasciende esos linderos; su sapiencia debe ser utilizada en
labores de mayor relieve; de ahora en adelante el León debe reinar en
una selva de vastedad colosal: Debe navegar los mares de Organismos
Internacionales.
Si este extraordinario líder tomase la
decisión que proponemos lograría magnificar sus condiciones de
dirigente, evidenciando su desprendimiento, borrando cualquier opinión
que pudiere presentarlo como individuo ambicioso al permitir nuevas y
frescas opciones dentro de su Partido.
Tenemos constancia de
que la opinión pública está siendo manejada por maliciosas deformaciones
mediáticas que presentan a un Leonel Fernández perverso, siniestro y
aunque se cuente con una maquinaria competente para disolver tales
comentarios, entiendo que la inteligencia del doctor Fernández lo
llevará a razonar en el sentido de que ¨a mayor distancia, mejores
resultados¨, tomando en cuenta, sobre todo, la salud y juventud que,
gracias a Dios, todavía les acompañan.
A todo lo expresado
debemos agregar que su figura se agigantará porque el gesto de abrir
nuevos espacios a sus compañeros de Partido, lo presentará como un
verdadero demócrata que ama al país y a su venerada organización
política.
En el colofón de mi escueto comentario haré una
afirmación valedera: si el doctor Leonel Fernández no tomare en cuenta
esta modesta sugerencia seré el primero en depositar nuestra confianza
en su soberana decisión.
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