SANTO DOMINGO.- Ha provocado una repulsa generalizada entre grupos cristianos la anunciada intención de una entidad comercial local de celebrar el viernes 1 de noviembre próximo en esta capital un concierto-fiesta que han denominado “Lucifer, fiesta del infierno”, en la que se esperan participen millares de jóvenes.
El evento tendrá lugar en los terrenos de lo que fuera el aeropuerto de Herrera a partir de las 6:00 de la tarde y hasta las 6:00 de la mañana siguiente, cuando se conmemora el Día de los Fieles Difuntos.
Se anuncia la participación en el mismo de reconocidos cantantes del género urbano así de afamados disc jockey.
En las redes sociales han llovido en las últimas horas las criticas a este evento, emitidas por religiosos que entienden que se trata de una “fiesta satánica” cuya celebración debe ser impedida.
Este viernes el Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE) definió esta iniciativa como «un nuevo atentado contra la moralidad y las buenas costumbres” del país.
«El CODUE, junto a toda su membrecía se opone a la fiesta satánica para rendir culto y alabanzas al Diablo programada a efectuarse en Santo Domingo, ya que prácticas como esas no son sanas para la salud espiritual de la nación, porque se mezclan drogas, alcohol, orgias, lo que produce desequilibrios mentales», declaró el reverendo Feliciano Lacen, presidente de la entidad, en un documento enviado a ALMOMENTO.NET.
Dijo que «estas acciones ‘contra naturaleza’ son condenadas por la Biblia, la cual rechaza estos tipos de cultos que constituyen un rechazo al único y verdadero Dios, sustentador de lo creado en el universo».
«La esencia de la maldad en todas las sociedades es que los hombres y mujeres han ignorado a Dios, no honrado como él se merece, al contrario, lo desprecian, no lo toman en cuenta, y es aquí donde la maldad que tiene su punto de partida en el alejamiento del sumo bien, que es Dios», indicó.
Opinó que «la familia, como columna indispensable de toda sociedad, está en decadencia. Se están perdiendo los valores de la familia, ya las mayorías de los padres no están criando y formando a sus hijos en valores morales, éticos, espirituales, lo que se refleja en la sociedad, en la vida cotidiana de las personas, en el comportamiento de los jóvenes, envenenado por una cultura foránea que los incita a las cosas fáciles, al sexo libre, al consumo de drogas y alcohol».
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