lunes, 15 de septiembre de 2025

Desconfianza de la población en los partidos políticos y sus dirigentes

Por el periodista: Corpus Cristian Rodriguez: La desconfianza hacia los partidos políticos en República Dominicana ha ido en aumento por una combinación de factores estructurales, culturales y coyunturales que han erosionado la credibilidad del sistema. Un amigo que deseaba salir de los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana votó por el cambio que representaba el Partido Revolucionario Moderno; cinco años después muestra una contrariedad desgarradora por la situación que pasa el país en materia de corrupción. Su posición frustrante es que nadie asista a las urnas a votar; plantea que el próximo tendrá que aplicar reformas obligatorias para intentar recuperar la economía, asegura que la cultura de la corrupción está enraizada en todos los políticos y en quienes aceptan posiciones públicas.      Muchos partidos hacen promesas electorales que luego no cumplen, lo que genera revés y apatía entre los votantes. Esas promesas son decisiones de los candidatos, de los partidos políticos sin establecer consenso con la población acta para elegir; esta debe organizarse, sea en juntas de vecinos, sindicatos, jóvenes, amas de casa, sectores fácticos, las iglesias, entre otros sectores que comprometan a los líderes y candidatos a desarrollar un proyecto de nación consistente de prosperidad y, si señalamos ejes fundamentales que debería asumir en un pacto de nación, su responsabilidad fuera mayor; me refiero a desarrollar las ciencias, las tecnologías y la educación y, si no lo cumple, aplicar una revuelta social sin competencia moral del gobierno elegido para reprimir a la sociedad. Lo prudente sería organizarnos y exigirles a los que nos quieren gobernar qué queremos como nación. Da vergüenza que el país figure como el segundo en la región con mayor incidencia de compra de votos, lo que mina la legitimidad del proceso democrático. Patanas de dineros de nuestro presupuesto fueron usados para que el actual presidente retuviera el poder; centenares de militantes de la oposición fueron comprados; alcaldes, síndicos, regidores, líderes de organizaciones populares y religiosas fueron arrastrados al túnel de ambición.  Legisladores reciben beneficios como exoneraciones de vehículos, lo que se percibe como un abuso de poder y desconexión con la realidad del ciudadano común. Policías, el ejército, fiscales y jueces, funcionarios y amigos del presidente en busca constante de coimas, aprobación de licitaciones fraudulentas, ralentización de cientos de obras de manera intencional con el solo propósito de provocar sobrevaloración; estamos a un paso del precipicio.   La participación del electorado cayó de 27.16% en 2020 a 46% en 2024, reflejando apatía y falta de confianza en los candidatos y el sistema. Y todavía no han generado la confianza, la sinergia con una población que no está encaminada a acondicionar a los candidatos para votar por ellos. Según Latino Barómetro, el 56% de los dominicanos no se sienten representados por el Congreso Nacional, ni por los funcionarios, ni por los gestores locales e incluso ni por el presidente. Qué vaina es nuestro país.

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