Santo Domingo, 21 feb.- El ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, valoró hoy como positivo el mensaje pastoral emitido ayer por la Conferencia del Episcopado Dominicano con motivo del Día de la Independencia.
En referencia al texto, el funcionario señaló que “hacen alguna observación a temas de seguridad, a temas de familia y hacen algunos aportes y reconocimientos a la labor del Gobierno en términos de Educación”.
“Pero siempre es bien recibida la opinión de la Iglesia. Es una opinión orientadora, que guía y nos sirve al Gobierno para seguir mejorando y trabajando en las cosas que debemos cambiar”, dijo en declaraciones a la prensa en el Palacio Nacional.
En el documento titulado “La Justicia y la Paz se encuentran”, la jerarquía de la Iglesia católica señala que tiene la percepción de que alguno valores “se han ido perdiendo” en diversos grupos o personas de la sociedad.
Por ese motivo, en esta fecha “tan significativa” como es la conmemoración del 174 aniversario de la Independencia Nacional “nuestra reflexión va motivada sobre los valores” como eje transversal, partiendo de los que propone la Constitución Dominicana (CD), agregó la carta.
Al señalar “la crisis de valores morales” que a su juicio sufre el país, los obispos citan siete sombras: “la corrupción pública y privada, el afán de lucro desmedido, la venalidad, la falta de esfuerzo, la carencia de sentido social de justicia vivida y de solidaridad, y la fuga de capitales y ‘de cerebros’, que debilitan e incluso impiden la comunión con Dios y la fraternidad”.
A la familia, por ejemplo, “le han llegado sombras (…) que provocan la fragmentación y disgregación de ella, así como también la violencia psicológica, física y sexual, y los abusos cometidos en familia en perjuicio de las mujeres y los niños, lo cual es un fenómeno lamentablemente no ocasional, ni esporádico, especialmente en determinados contextos.
El texto también hace referencia expresa “al terrible fenómeno del feminicidio, vinculado con frecuencia a profundos trastornos afectivos o de relación, consecuencia de una falsa cultura de la posesión”.
En torno a la educación sexual, “queremos esclarecer que la Iglesia nunca ha estado en contra de que se imparta en las escuelas; al contrario, desde hace muchos años, hemos propiciado que se imparta una educación sexual en valores e integral, sustentada en responsabilidades, no exclusivamente en derechos”.
Frente a los problemas que confronta la sociedad, como feminicidios, asesinatos, actos de corrupción e injusticias, el Episcopado exhorta a instituciones públicas y privadas “a crear o seguir fomentando galerías de personas que han brillado en valores en nuestra sociedad, que sirvan de referente para las presentes y futuras generaciones.”
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