- Por SAUL PIMENTEL
- Es lamentable, pero al mismo tiempo preocupante, el accidente en que
murió el joven Marino Adrián López Cruz, quien era hijo del propietario
de una reconocida cadena de restaurantes de Santo Domingo.
Lamentable, porque se ha perdido otra vida joven dominicana. Preocupante, porque aún las autoridades ni la familia de la víctima han ofrecido a la sociedad una explicación sobre las verdaderas circunstancias en que se produjo este accidente.
Sólo se sabe que el cuerpo de Marino Adrián quedó partido en dos y su vehículo despedazado, en un hecho ocurrido en la madrugada en la avenida Anacaona, de esta capital. Era un automóvil Audi con el motor reforzado para “echar carreras”. A juzgar por los indicios, transitaba a velocidad excesiva. Se desconoce si el fallecido estaba bajo los efectos del alcohol u otro estimulante o si, por el contrario, el accidente fue fruto de algún percance de salud.
No se descarta que este accidente haya ocurrido durante una competencia de vehículos, puesto que es difícil creer que Marino Adrián estuviera en la madrugada, satisfaciendo en forma solitaria una adicción a la alta velocidad.
¿A su cadáver le ha sido practicada alguna autopsia?. ¿Qué grabaron las cámaras de seguridad de la avenida Anacaona y del edificio frente al cual ocurrió la tragedia?. ¿Ha habido alguna investigación seria sobre este caso?. Estas son preguntas que quedan en el aire sin que la sociedad haya satisfecho su sagrado derecho de estar bien informada.
Dicen muchas personas que son frecuentes las carreras de vehículos en vías de la capital, protagonizadas por “jevitos”, sin que ninguna autoridad intervenga.
Muy preocupante ha sido, por otro lado, un video que ha circulado en redes sociales, el cual habría tomado un conductor desconocido al millero de su vehículo cuando transitaba a 300 kilómetros por hora por la autopista del Coral. Unos indican que este último era el mismo Marino Adrián y otros que se trata de un reconocido mecánico y corredor de autos residente en esta capital. (Independientemente de quién haya sido y el momento en que el video vue grabado, entendemos que las autoridades deberían localizar y encarcelar al autor de esta exageración).
Aprovechamos la oportunidad para denunciar que son frecuentes los vehículos transitando en autopistas dominicanas sin luces traseras y a velocidades inadecuadas (unos muy lentamente y otros muy rápido), sin que nadie tome cartas en el asunto. El caos es mucho mayor en calles de Santo Domingo, Santiago de los Caballeros y otras ciudades, donde nadie respeta a nadie.
Lamentablemente, tenemos que concluir en que en la República Dominicana, en lo que a tránsito de vehículos se refiere, estamos viviendo “como chivos sin ley”.
martes, 23 de enero de 2018
Como chivos sin ley
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