El Segundo Juzgado de la Instrucción del Distrito Nacional
envió a juicio de fondo a seis acusados de integrar una red criminal que
falsificaba, adulteraba y re-etiquetaba medicamentos.
La jueza Patricia Padilla ordenó apertura de juicio contra David Batista Terrero, Germán Vargas Guzmán, José Padua Castillo, Gustavo Donato Martínez, Johnny Bienvenido Ortiz Aguasvivas y Eladio José Manzanillo, por violación a la Ley General de Salud 42-01.
La magistrada acogió en todas sus partes la investigación realizada por el fiscal Adolfo Féliz y estableció que los mismos se asociaron para fabricar, importar, distribuir, almacenar y comercializar medicamentos falsificados, adulterados, vencidos, reetiquetados, contrabandeados y sin registro sanitario vigente.
El tribunal admitió las pruebas documentales y testimoniales aportadas por el Ministerio Público.
El 27 de junio del 2015, el juez José Alejandro Vargas impuso medidas de coerción a la red acusada recibir cargamentos de medicamentos desde Venezuela y España, los cuales eran vendidos en Cotuí, San Pedro de Macorís, Bonao, Higüey, el Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo.
Según el expediente la red llevaba varios años operando de manera ininterrumpida
La jueza Patricia Padilla ordenó apertura de juicio contra David Batista Terrero, Germán Vargas Guzmán, José Padua Castillo, Gustavo Donato Martínez, Johnny Bienvenido Ortiz Aguasvivas y Eladio José Manzanillo, por violación a la Ley General de Salud 42-01.
La magistrada acogió en todas sus partes la investigación realizada por el fiscal Adolfo Féliz y estableció que los mismos se asociaron para fabricar, importar, distribuir, almacenar y comercializar medicamentos falsificados, adulterados, vencidos, reetiquetados, contrabandeados y sin registro sanitario vigente.
El tribunal admitió las pruebas documentales y testimoniales aportadas por el Ministerio Público.
El 27 de junio del 2015, el juez José Alejandro Vargas impuso medidas de coerción a la red acusada recibir cargamentos de medicamentos desde Venezuela y España, los cuales eran vendidos en Cotuí, San Pedro de Macorís, Bonao, Higüey, el Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo.
Según el expediente la red llevaba varios años operando de manera ininterrumpida
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