viernes, 6 de enero de 2017

Perturbación



El primer día de clase enfocaste tu mirada a mi rostro, descubriste que podría ser solo tuyo, mi condición corporal no entraría en competencia, consideraste extraño mi expresión y denudaste sin escudriñar tu intensión de tenerme.
Algo oculto había en ti que se reflejaba en tu talante, tus ojos expresaban angustia, exprésate con confusión tus primeras ideas desorganizadas por lo que entendí  que necesitaba a alguien que escuchara tus desconciertos.
Era pura coincidencias, nos encontramos de nuevo en una tertulia con objetivos diferentes al primero y te palideciste, me llamaste con tus miradas e hipnotizaste mi cognición para arrastrarme hacia ti.
Fue ahí que comencé a conocer tu historial degradante que me condujo a ser consejero de una vida repleta de dolor, angustia y demencia envilecida.
Descubrí a corto plazo que tus prejuicios impedirían que alcanzara la felicidad y mucho menos tenerme.
Periodista: Cristian Rodriguez

No hay comentarios:

Publicar un comentario