miércoles, 5 de octubre de 2016

Desempleo e inseguridad son debilidades más sentidas

Por: Félix Parra
SANTIAGO.-La falta de empleo y la inseguridad ciudadana siguen siendo las debilidades más sentidas por la población, la cual reclama mayores acciones del Gobierno para encararlos y dar solución satisfactoria.
   
Los puestos de trabajo tanto en el sector público como privado se han disminuido frente a la demanda de una población activamente productiva, que son los jóvenes, muchos de los cuales no encuentran donde emplearse.

   
Los bajos ingresos que perciben la mayoría de los empleados han empujado a adolescentes menores de edad a interesarse por generar recursos, debido a que sus padres no pueden atender todas las necesidades que una sociedad de consumo ha creado.
   
No obstante ese segmento poblacional, muchos de ellos que han realizado cursos técnicos, no encuentran un nicho para poner a prueba sus conocimientos y generar recursos para atender necesidades perentorias.
  
 En el caso del Estado cada vez son menos los espacios, porque los existentes están ocupado y la creación de nuevos puesto de trabajo es limitado, porque en la mayoría de las dependencias las nóminas están sobrecargada.
  
A raíz de la capitalización de las empresas estatales proceso llevado a cabo durante el primer gobierno encabezado por el presidente Leonel Fernández,  con el cual desapareció el consorcio de empresas del Estado agrupadas en CORDE, la administración pública perdió mucho puesto de trabajo reduciendo su capacidad de empleo.

Las nuevas dependencias creadas no han sido suficientes para reponer esa empleomanía, que ha quedado flotante, porque solo han logrado insertarse quienes han pasado a formar parte de los partidos políticos de turnos y aquellos que están en la carrera administrativa que no pueden ser movidos de su puesto.
   
En el caso particular de los ingenios azucareros el grueso de desempleado fue mayor porque estos generaban miles de empleos, directos e indirectos, cuyo recursos generados tenían una movilidad económica en toda la esfera de donde operaban.
   
El sector privado por su parte que sufre los embates de los altos costos de operación, por el pago de impuesto, energía, combustibles y otras obligaciones en los últimos años ha sido lento en la contratación de empleado, para poder sobrevivir, por lo que también esa situación ha contribuido a la acumulación de una mano de obra, que no encuentra donde vender su fuerza de trabajo.
   
El turismo que es uno de los renglones más importante de la economía nacional, tiene su alta y sus bajas, porque el personal que labora allí, requiere de cierta calificación y su aceleración dependen mucho de la calidad de los servicios que ofrece al visitante.
   
En el caso de la construcción, otro sector importante de la economía nacional, el problema ha sido que la mano de obra extranjera ha absorbido los puestos de trabajo a tal punto que organizaciones obreras han denunciado que se ha violado el Código de Trabajo, en lo que tienen que ver con la selección del personal.
   
De acuerdo a la normativa laboral el 80% de los puestos de trabajo que se generen deben ser ocupado por dominicanos y el restante 80% por extranjeros, sin embargo de acuerdo a la denuncia de los gremios esa postura se ha invertido, porque en muchos casos el 80% que laboran en los proyectos son extranjeros y sólo el 20% nacionales.
   
En lo que tiene que ver con la seguridad ciudadana, la preocupación de la población descansa en la vulnerabilidad que son de ser objeto de robo y ratería, por si en verdad se han reducido algunos hechos de sangre, las raterías, de tobo de celulares, en banca de apuesta y transeúntes, no han cesado.
   
No han sido suficientes los planes diseñado por las autoridades para reducir a su mínima expresión estos hechos que preocupan a los ciudadanos que son objeto de los delincuentes que cometen estas raterías.

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