viernes, 11 de julio de 2025

¿Por qué el dogmatismo puede generar violencia?

Por el periodista: Corpus Cristian Rodriguez_Al considerar una creencia como la única verdadera, se tiende a invalidar cualquier visión distinta, lo que puede llevar a la marginación o agresión hacia disidentes. El dogmatismo suele cerrarse al intercambio de ideas, generando confrontaciones en lugar de entendimiento. Mas grave podría tornarse es cuando el poder se alía con una doctrina ortodoxa, se legitima la represión de la heterodoxia mediante medios políticos, económicos o mediáticos. En contextos donde la ortodoxia se vincula con identidad nacional, religiosa o cultural, se generan divisiones profundas que pueden desembocar en violencia. Pero siempre surge la interrogante de que si siempre es negativo: No necesariamente. Hay quienes sostienen que cierta “ortodoxia” ayuda a preservar cohesión social y valores compartidos. El problema surge cuando no permite la disidencia o el pluralismo. Como bien señala Ortega y Gasset, en su filosofía social, cuando las creencias (ortodoxia) ya no se renuevan con nuevas ideas (heterodoxia), la cultura se estanca. Quienes han explorado con profundidad temas como la manipulación de la fe y el poder, esta relación entre dogmatismo y violencia se conecta con muchas realidades: desde el fanatismo religioso hasta los sistemas políticos autoritarios. La clave parece estar en cómo se ejerce la autoridad sobre las ideas... ¿se impone o se invita a convivir con la diversidad? Dogmatismo religioso y persecución La Inquisición Española (siglo XV–XIX): Institución que perseguía a judíos conversos, musulmanes y herejes por no adherirse a la ortodoxia católica. Se usaron torturas y ejecuciones para imponer la fe oficial. Guerras de religión en Europa (siglo XVI–XVII): Conflictos entre católicos y protestantes tras la Reforma de Lutero. El dogma religioso se convirtió en bandera de guerra, como en la Guerra de los Treinta Años, que dejó millones de muertos. Dogmatismo político y totalitarismo Régimen Nazi (1933–1945): Hitler impuso una ideología dogmática basada en la supremacía racial. Quienes no compartían esa visión fueron perseguidos, encarcelados o exterminados. El Holocausto es el ejemplo más brutal. Revolución Cultural en China (1966–1976): Mao Zedong promovió una ortodoxia comunista radical. Se persiguió a intelectuales, se destruyó patrimonio cultural y millones fueron humillados o asesinados por “pensamiento incorrecto”. Dogmatismo ideológico y polarización Guerra Fría (1947–1991): El mundo se dividió entre dos dogmas: capitalismo vs. comunismo. Esta rigidez ideológica provocó conflictos indirectos (Vietnam, Corea, Afganistán) y una carrera armamentista nuclear. Censura y represión en regímenes autoritarios: Desde Stalin en la URSS hasta dictaduras latinoamericanas, el pensamiento único se impuso con violencia, silenciando la heterodoxia mediante cárcel, exilio o desaparición. ¿Qué nos enseñan estos ejemplos? Que cuando una idea se convierte en incuestionable, y se usa para excluir o castigar, el diálogo desaparece y la violencia se instala. Como bien has explorado en tus análisis sobre manipulación de la fe y el poder, el dogmatismo no es solo una postura intelectual: es una herramienta de control. Fuentes: IA_COPILOT

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