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Ya sea que tengamos una pareja estable, ocasional o no tengamos
ninguna, todos podemos pasar por épocas de sequía. En esos casos, es
interesante saber qué ocurre cuando nos privamos de tener sexo y cómo
afecta esto nuestro bienestar.
Estos son algunos de los cambios que le pueden ocurrir a tu cuerpo
luego de un mes sin sexo, según un estudio publicado por el diario El
País de España
Con más sexo, más ganas
1. La falta de sexo puede repercutir en el estado de ánimo,
pudiendo causar mal humor o en algunos casos depresión cuando se trata
de alguien que desea mantener relaciones sexuales pero no puede
practicarlas.
2. Dejar de tener sexo puede ser una consecuencia de la mala percepción que tenemos de nosotros mismos y nuestra autoestima. Esto lleva a un estrés postraumático que se vincula con la obesidad.
3. Existen estudios que relacionan la vida sexual satisfactoria con una mayor longevidad, otros apuntan que tener sexo 2 veces por semana o más reduce la incidencia de problemas en el corazón.
4. El sexo (acompañados o en solitario) también aporta su cuota de bienestar en nosotros. Durante el orgasmo producimos oxitocina y endorfinas que nos ayudan a tener un sueño más placentero e, incluso, reducir nuestros niveles de estrés.
6. Existe también la necesidad de sentirse deseado. En una pareja, la abstinencia sexual lleva a problemas de comunicación y desencuentros afectivos.
7. Sea cual sea tu caso, siempre hay una luz al final del túnel así que recuerda que cualquier consecuencia es reversible.
Fuente: GDA / Viù! / El Comercio / Perú
Ya sea que tengamos una pareja estable, ocasional o no tengamos
ninguna, todos podemos pasar por épocas de sequía. En esos casos, es
interesante saber qué ocurre cuando nos privamos de tener sexo y cómo
afecta esto nuestro bienestar.
Estos son algunos de los cambios que le pueden ocurrir a tu cuerpo
luego de un mes sin sexo, según un estudio publicado por el diario El
País de España
Con más sexo, más ganas
1. La falta de sexo puede repercutir en el estado de ánimo,
pudiendo causar mal humor o en algunos casos depresión cuando se trata
de alguien que desea mantener relaciones sexuales pero no puede
practicarlas.
2. Dejar de tener sexo puede ser una consecuencia de la mala percepción que tenemos de nosotros mismos y nuestra autoestima. Esto lleva a un estrés postraumático que se vincula con la obesidad.
3. Existen estudios que relacionan la vida sexual satisfactoria con una mayor longevidad, otros apuntan que tener sexo 2 veces por semana o más reduce la incidencia de problemas en el corazón.
4. El sexo (acompañados o en solitario) también aporta su cuota de bienestar en nosotros. Durante el orgasmo producimos oxitocina y endorfinas que nos ayudan a tener un sueño más placentero e, incluso, reducir nuestros niveles de estrés.
6. Existe también la necesidad de sentirse deseado. En una pareja, la abstinencia sexual lleva a problemas de comunicación y desencuentros afectivos.
7. Sea cual sea tu caso, siempre hay una luz al final del túnel así que recuerda que cualquier consecuencia es reversible.
Fuente: GDA / Viù! / El Comercio / Perú
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